• Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
    - Salmos 119:105

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En Busca de la Paz que Falta - The Sermon on the Mount - Carl Bloch

En Busca de la Paz que Falta

Un Hecho Asombroso: ¿Conoce los extraños eventos que dieron vida al prestigioso Premio Nobel? Alfred Nobel inventó el “polvo explosivo de seguridad” -mejor conocido como dinamita, que es cinco veces más poderoso que la pólvora. Esto permitió que las construcciones con explosivos fuesen más seguras, eficientes y económicas. Pero los líderes militares también reconocieron el valor de la dinamita. Sin embargo, el hombre conocido como “Lord Dinamita” era un pacifista y le preocupaba seriamente el uso dado a sus invenciones en tiempo de guerra. ¡En 1895, un periódico publicó erróneamente el obituario de Nobel, aunque estaba vivo! Se horrorizó al leer que sería recordado como el inventor de algo vinculado con la muerte y tantas matanzas. Así que al morir, tal vez con la intención de aliviar su conciencia y mejorar su legado, Nobel dispuso en su testamento que la mayor parte de su fortuna se usara para financiar un certamen anual celebrando los adelantos científicos, literarios y los esfuerzos dirigidos a la paz.

“Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán en abundancia de paz ”(Salmo 37:11).

Paz de Adentro
Todos desean la paz. Algunos anhelan paz en la política. Otros añoran la paz mental, financiera, social y hasta física. Pero la mayoría del mundo parece creer que algún cambio externo en las circunstancias será lo que traiga paz duradera.

En Marcos 4, encontramos la conocida historia de Jesús durmiendo en medio de la tormenta. Se desató una gran tempestad de viento y las olas golpeaban la barca, pero Jesús dormía en la popa. “Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: ¡Calla! ¡Enmudece! Y el viento cesó y vino una gran calma.”

Este es un relato fascinante porque los discípulos despiertan a Jesús para hacerle una extraña pregunta: “¿No te importa que perezcamos?” Por supuesto que le importa -¡por eso vino a la Tierra! Jesús dijo, “Porque de tal manera amó Dios...para que no perezcan.”

Naturalmente, Cristo no se sintió afligido por los elementos enfurecidos. De hecho, no tuvo que gritar; sus palabras cargadas de fe, fueron suficientemente potentes. Puedo imaginarlo mientras bostezaba, frotándose los ojos y levantándose calmadamente para contemplar la tormenta. Pienso que simplemente dijo, “Calla. Aquiétate. Sea la paz.” El viento cesó al instante y las aguas repentinamente regresaron a la calma. Lo mismo ocurre con Dios; puede calmar instantáneamente todos nuestros temores.

Sin embargo, cuando los discípulos fueron rescatados de su temor, todavía se sentían extremadamente asustados. ¿Por qué si la tormenta había terminado? Se preguntaban, “¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?” Los elementos estaban en paz, pero los discípulos continuaban asustados. Es claro que la ausencia de paz ya no tenía que ver con el ambiente. Algo más les quitó la paz -algo en su interior. No conocían a Jesús.

Al igual que ellos, somos presa de la ansiedad y perdemos la fe ante las tempestades. Nos preguntamos, “¿Se preocupa Dios?”

Dios es Paz
Un tiempo atrás, me sentía frustrado por una serie de problemas que enfrenté como pastor y padre. No me estrujaba las manos, pero pasé muchos momentos de ansiedad. Me despertaba de noche con la mente agitada por todos esos desafíos. Lo que más me molestaba de mi reacción es que sabía que mostraba falta de fe. Desde entonces, he aprendido tanto sobre la paz, que deseo transmitirles algunos aspectos de lo que el Señor me enseñó.

Una de las mejores formas de dar promoción a Cristo es exudar paz no importa cuáles sean las circunstancias externas. Dios no es sólo amor, también es la esencia de la paz. Repasé la Biblia y encontré siete ocasiones donde Dios es identificado como un Dios de Paz. Normalmente no pensamos que ese sea uno de sus títulos, pero lo es y creo que es uno muy importante. Dios no se come las uñas, ni se pasea nerviosamente de lado a lado. Dios nunca está nervioso, inquieto ni tenso.

No es sólo una Palabra
La palabra “paz” se encuentra como 430 veces en la Biblia, lo que implica que Dios tiene mucho que decir acerca de la importancia de este tema. La palabra hebrea para paz es shalom , que puede usarse para decir “hola” o “adiós”.En esencia, shalom significa paz, seguridad, bienestar, feliz, amigable, prosperidad o favor y aprecio. El Nuevo Testamento usa la palabra griega “ irane ” para paz. De ahí proviene el nombre Irene. Puede significar: paz, prosperidad, uno, tranquilidad, descanso. restablecer y restaurar. Palabras magníficas, ¿no? Son dulces y agradables. Y todo el plan de salvación gira en torno a estas palabras porque estamos separados de Dios; estamos en guerra. Y Jesús, el Príncipe de la Paz, ha venido a reconciliarnos. Vino a hacer la paz con el Padre en representación de nosotros, porque nuestros pecados nos han separado de Dios.

Verdadera Paz
Cuando la gente habla de paz dicen, “Oremos por la paz”. ¿Pero a qué clase de paz se refieren? Usualmente es a la paz mundial o paz civil. ¿Pero, es principalmente por esto que vino Jesús?

Muchos temen a la guerra nuclear, así que piden por la paz mundial para que las naciones no se aniquilen unas a otras. Aún con la corriente actual de desarme, las naciones nucleares todavía tienen suficientes armas para exterminar la vida en este planeta. Y ahora un ejército de terroristas fanáticos está tratando de obtener armas nucleares. Esto podría hacerlo sentir un poco tenso. Si usted no supiera que Dios está en Su trono, ¡tal vez nunca podría dormir!

¿Y qué sobre la paz política? Jesús advierte, “No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada” (Mateo 10:34). Guerras y cruzadas se han librado en nombre de Jesús, así que esta no puede ser la paz que Él ofrece. Dijo Herbert Hoover, “La paz no se logra en las mesas de los concilios, o por medio de tratados, sino en los corazones de los hombres.”

Algunos anhelan la paz doméstica, agobiados por constantes conflictos en sus hogares, que se han convertido en campos de batalla. Dice la Biblia que no es bueno que una mujer se case con un hombre ocioso. Ni que un hombre se case con una mujer irritable, “es mejor morar en el desierto” (Proverbios 21:19). Aún esta paz doméstica no fue la razón real para la venida de Jesús porque Él dijo, “Porque he venido a volver al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra” (Mateo 10:35). El evangelio de Cristo puede seguramente traer paz a un hogar dividido, pero fácilmente puede también traer división. La tranquilidad doméstica no es el motivo por el cual Jesús es llamado Príncipe de Paz.

Hay otros que buscan paz a través de la seguridad financiera. Cada día verifican ansiosamente la bolsa de valores. Están serenos si el mercado sube, pero cuando baja están agitados. Algunos rehuyen constantemente a los cobradores, buscando excusas y andando con rodeos. ¿Quién puede tener paz viviendo así? Es difícil tener paz cuando diariamente estamos ahogándonos en deudas. Algunos piensan, “Si sólo me ganara la lotería, entonces tendría paz.” Pero la Biblia dice que la paz no proviene de la abundancia de las cosas que el hombre posee. Proverbios 11:28 afirma, ”El que confía en sus riquezas, caerá; mas los justos reverdecerán como ramas.” No. La paz verdadera tampoco proviene de seguridad financiera.

Paz Falsa
El diablo quiere que intentemos encontrar paz por medio de falsificaciones conocidas y engañosas que se encuentran en las finanzas, asuntos domésticos y el mundo en general. Hasta tiene a algunos buscando paz en religiones de cultos o rituales, a la vez que convence a otros a recurrir desesperadamente a las drogas buscando sensaciones temporeras de paz.

Son muchos los distraídos y engañados por estas formas falsas de paz. Ezequiel 13:10 sostiene, “Por cuanto engañaron a mi pueblo diciendo: Paz, cuando no había paz. ” Muchos líderes políticos han llegado a sus puestos prometiendo paz. Antes de que Jerusalén fuera destruida, los líderes religiosos dijeron a la gente , “Dios nos defenderá.” Reclamaron “¡Paz!” Y fueron destruidos . En Isaías 57:21 se nos advierte ,”No hay paz para los impíos,dice mi Dios.” Aunque falsos profetas les prometen paz, los que no tienen a Dios no podrán encontrarla

En 1 Tesalonicenses 5:3, leemos: “Cuando digan:¡Paz y seguridad!, entonces vendrá sobre ellos repentina destrucción, como los dolores a la mujer encinta y no escaparán.” Debemos estar especialmente preocupados cuando escuchamos líderes mundiales gritando, “La paz y la seguridad están en el horizonte.” Esto es una verdad obvia, pero no es la clase de paz que Dios promete. Todos estos conceptos de paz condicionales cambian rápidamente. ¿Recuerdan a Job? Perdió su serenidad financiera, física y familiar de repente. Pero no perdió su paz (Job 22:21). Las circunstancias siempre cambiarán, así que no permitamos que nos cojan desprevenidos confiando en la paz ficticia. Satanás puede usar estas ilusiones para nuestra complacencia y después, ¡saca la alfombra debajo de nosotros!

Enemigos de la Paz
A sí que, ¿dónde puede usted encontrar esa paz constante que le da descanso sin importar las circunstancias? “Todos los hombres desean la paz”, dijo alguien. “Pero pocos desean aquellas cosas que llevan a ella.” A menudo, los que buscan la paz se aislan de ella al convertirse en víctimas de sus enemigos -tales como el miedo, codicia, ambición, envidia, ira y orgullo. Aquellos que adopten estas características no pueden tener paz. Deben dejarlas ir para hacer lugar para la paz de Dios y cultivarla. No podemos aferrarnos al orgullo o codicia y después decir, “Dios, dame la paz.” Primero debemos desahuciar a esos enemigos de nuestro corazón.

La paz es algo que perderá de vista si apunta directamente a ella. Es como la felicidad: Si se pasa la vida tratando de ser feliz, la perderá (Mateo 16:25). Usted encuentra la felicidad sirviendo y amando a otros. Así que si busca la paz en sí mismo y por sí mismo, nunca la experimentará.

Dónde Comenzar
Me asombra la historia bíblica de Pedro durmiendo como un bebé mientras estaba sentenciado a muerte. ¡Es increíble! Tenía una paz que supera al entendimiento. ¿Cómo le gustaría encontrar esa clase de paz, donde no se sentirá ansioso, aunque su vida esté en juego? Martín Lutero decía,“La paz verdadera no es meramente la ausencia de alguna fuerza negativa. Es más bien la presencia de alguna fuerza positiva.” El desahacerse de fuerzas negativas le proveerá paz temporeramente. Pero eventualmente, alguna otra crisis surgirá para despalzar su tranquilidad temporera -un constante sube y baja de paz y preocupación. Cierto, la paz duradera debe ser algo más.

Una vez vi un pegadizo en un automóvil quedecía, “Sin Dios, sin paz: conoce a Dios, conoce la paz.” Pensé: “¡Cuán cierto!” Porque ahí es exactamente donde se encuentra la verdadera paz: conociendo a Dios. Dice en Job 22:21, “Reconcíliate con Dios y tendrás paz.” ¿Cómo conocemos a Dios? A través de la comunión; su Palabra. Al permitir que Él nos hable encontraremos paz. Y se nos promete que cuando oramos, “La paz de Dios, que supera todo entendimiento, guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Él le dará esta paz que sobrepasa el entendimiento, cuando empiece a conocerlo.

La Fuente
Thomas Jefferson dijo una vez, “Cuando empieces a ponerte ansioso, cuenta hasta 10. Si esto no te ayuda, cuenta otra vez hasta 10.” Este es un consejo curioso y sabio, pero el poder real de la paz se encuentra en las promesas de la Palabra de Dios. Cristo enfrentó cada una de las tentaciones de Satanás con la Palabra. El conocer las Escrituras le dio a Jesús poder y paz para triunfar. Una actitud de gratitud también puede convertirse en fuente de paz. Enfóquese en las cosas por las cuáles debe estar agradecido. A veces, nos agitamos porque nos hemos olvidado de las bendiciones y nos concentramos en los problemas. Estamos descontentos al enfocar en lo negativo y olvidar todo lo bueno. Agradezca a Dios por lo que tiene. Recuerde que Pablo dijo, ore, suplique, pida y entonces dé gracias. Después de agradecer a Dios, el Dios de Paz le dará esa increíble paz. (Filipenses 4:6,7).

A través de Jesús, Dios también guardará su corazón y mente de los angustiosos ataques del enemigo diseñados para destruir su paz. El testigo más sólido de Dios es aquel cristiano que puede mostrar paz mientras atraviesa una prueba. Cuando usted enfrenta una tormenta calmadamente, ejerce una influencia de conversión en otros. Dijo David, “Me acuesto y duermo en paz porque tú, Señor, me haces vivir seguro” (Salmo 4:8). Aunque el rey Saúl y todo su ejército lo buscaban para matarlo, David pudo dormir porque sabía que Dios estaba con él.

Celebre una Cumbre de Paz
Necesitamos tener una conferencia de paz con el Príncipe de Paz. La mayoría de las personas están centradas en sí mismas. Esto es como tratar de encontrar paz en el epicentro de un terremoto. Centrar nuestro mundo en Dios es paz real. Él es la calma en el ojo de un huracán. La tempestad puede rugir a nuestro alrededor, pero en nuestro interior todo es calma. La paz también proviene de la meditación -pero no me refiero a meditación trascendental. Más bien a la meditación en Dios de la que nos habla la Biblia y que podemos hacer en varias formas. Desde nuestra casa en las montañas, mi familia puede ver un hermoso valle. Un amigo nos construyó un columpio de roble en el balcón y mi esposa pasa allí mucho tiempo meditando. Un día me sentía inquieto por el montón de proyectos sin terminar y pensé “Tengo que probar esto.” Así que me uní a ella en el columpio. Nos columpiamos suavemente y yo contemplaba los prados y los pájaros. Entonces escuché esa voz dulce y sosegada. La Biblia nos dice que nos aquietemos y reconozcamos que Él es Dios. Me encontré en paz.

Al contemplar la creación de Dios, encontrará verdadero descanso. Isaías 26:3 expresa, “Tú guardas en completa paz al que persevera pensando en ti, porque en ti confía.” Esta es la meditación genuina: mantener tu mente fija en Cristo. Me gusta llamar a este momento el“calmax”. Cuando usted permanece con su mente en Cristo, puede experimentar la serenidad máxima, el “calmax”.

Uniendo las Piezas, haciendo las paces
Vi un rótulo frente a una iglesia que decía, “Si la vida es un rompecabezas, busque aquí la pieza que falta; busque la paz.” Esto sugiere que además de leer la Palabra, meditar y orar con confianza, usted necesita aprender en el ambiente de la iglesia sobre la paz que le falta. La paz puede ser contagiosa. Aprendemos mucho acerca de la paz de Dios al compartir con otros que conocen al Príncipe de Paz.

La paz también brota de la obediencia -al aceptar la voluntad de Dios y rendirse a Él. Dice Filipenses 4:9, “Lo que aprendisteis y recibisteis, oísteis y visteis en mí, eso haced. Y el Dios de paz estará con vosotros.” Ese es un importante mensaje bíblico. “Considera al íntegro y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz” (Salmo 37:37 ). Muchos no han asociado la paz con la obediencia, pero la Biblia es clara: “Mucha paz gozan los que aman tu Ley y no hay para ellos tropiezo” (Salmo 119:165).

De hecho, cuando aconsejo a alguna persona atribulada usualmente le pregunto, “¿Hay algo que esté haciendo que no esté en armonía con la voluntad de Dios?” Con frecuencia, admiten que están desobedeciendo en algún área. ¿Quisiera que sus hijos estuvieran en paz si desobedecen? De igual forma, Dios le ama demasiado como para dejarlo tener paz cuando usted desobedece a su conciencia y Su voluntad.

Jonás es un gran ejemplo de esto -huyendo en dirección contraria a la que Dios le pedía. Pronto se encontró en la tormenta tras perder su paz al actuar completamente en contra de la voluntad de Dios. La Biblia está repleta de historias similares que nos recuerdan este principio. “Y el resultado de la justicia será paz y el efecto de la rectitud, reposo y seguridad para siempre” (Isaías 32:17).

La Paz es un Río
Isaías 48:18 dice, “¡Si hubieras atendido a mis Mandamientos! Entonces sería tu paz como un río.” Isaías no dice que “tu paz sería como un arroyo.”¿Sabe por qué? Una charca se seca. Pero no el río; es continuo. (Los ríos pueden subir o bajar, pero siempre fluyen.) Un río es constante, como la paz. Continúa moviéndose, siempre está ahí, disponible y fluyendo.

Erwin Lutzer manifestó, “La paz emocional y la calma vienen después de hacer la voluntad de Dios, no antes.” Una vez , cuando tenía 15 años, le robé a mi patrono. Nunca lo olvidé. No fue mucho dinero, pero años después, cuando nací de nuevo, el Espíritu Santo me dijo, “Doug, tienes que devolver el dinero.” No quería y perdí mi paz. Traté de acallar mi conciencia pensando, “Eso fue hace 20 años y fue tan poquito...” Yo había aceptado a Cristo y Él me había perdonado -así que, ¿por qué esto me molestaba?

Pienso que tiene que ver con la paz progresiva. Mantenerse en paz significa que debemos caminar continuamente haciendo la voluntad de Dios según Él nos revela las cosas...siempre fluyendo hacia adelante. A muchos crsitianos se les revelan nuevas verdades, pero dicen: “No quiero caminar así porque es diferente.” ¡Y de seguro pierden su paz! Si Dios revela nueva luz, no puede rehusarse a caminar en ella. El Señor finalmente me dio el valor por su gracia y regresé al lugar del empleo. Entré con manos sudorosas. Irónicamente, el jefe al que robé ya no estaba allí y nadie sabía su paradero. Pero encontré paz. ¿Ve usted? Dios no quería mis $15, sino mi deseo de hacer bien las cosas. Y una vez que acaté su voluntad, la paz regresó a mí. Era un río una vez más. “Cuando la paz, como el río, acompaña mi camino, todo está bien en mi alma.”

Hacedores de Paz
Dios te llama a estar en paz, pero también desea que seas un hacedor de paz. Que compartas esa paz con otros. No la guardes para ti porque, como la felicidad, es algo que retienes al darla. Jesús dijo, “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9)

¿Cómo haremos para ser hacedores de paz? ¿Convertirnos en políticos con un lugar en las Naciones Unidas? No particularmente. Como pacificadores cristianos debemos invitar a nuestros semejantes a que hagan la paz con su Dios. Esa es la responsabilidad principal. En Lucas 10:5, Jesús envía a predicar a sus apóstoles. Les instruye a decir “Paz a esta casa” cuando entraran a un nuevo hogar.

Y nosotros debemos dar esta bendición a un mundo en confusión y desasosiego. Al invitar al Príncipe de Paz a nuestros corazones, estamos llamados a mostrarlo a Él a un mundo ansioso y agitado.

Cuando los sacerdotes bendecían a la gente, decían “El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su bondad. El Señor te mire con amor y te dé paz” (Números 6:24-26). Somos una nación de ministros. Cristo vino a traernos paz, así que Él nos envía a llevar paz a otros.

La Roca
¿Quiere encontrar paz? Jesús, el Príncipe de Paz es la pieza que falta. El evangelio comienza con un ángel cantando, “Paz y buena voluntad entre los hombres.” Cristo vino al mundo con una proclamación de paz. Y concluyó su ministerio del mismo modo. Antes de ascender a los cielos, se aparece a sus discípulos en el Aposento Alto y les dice “Paz a vosotros.” Y se los repite una y otra vez. Por eso es llamado Príncipe de Paz. Efesios 2:14-17 dice acerca de nuestro Rey: “Porque Cristo es nuestra paz; de los dos pueblos hizo uno, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba. Y vino y anunció la paz a vosotros que estabais lejos y a los que estaban cerca.” Estamos en guerra con Dios. Pero Jesús nos une a Él. Jesús hace la paz entre el Padre y nosotros.

Hace unos años, mi esposa Karen y yo fuimos a bucear a Great Barrier Reef. Nos atrapó una tormenta en la pequeña embarcación alquilada. El capitán nos dijo que nuestras vidas corrían peligro sin importar lo que pagáramos. Entonces dio vuelta y colocó el bote detrás de una enorme roca cerca de una isla. Mientras estábamos anclados tras la roca, la tempestad rugía a nuestro alrededor, pero esa noche, resguardados del viento y el agua por esta roca, dormimos en paz. Durante la noche, el ancla se zafó y una violenta sacudida nos despertó. Pero el capitán simplemente se levantó y nos dirigió de vuelta detrás de la roca. Una vez más se hizo la calma.

Jesús es nuestra Roca. El mundo está lleno de tempestades y encontraremos verdadero refugio únicamente bajo sus alas. “La paz os dejo. Mi paz os doy. No os la doy como la que el mundo da” (Juan 14:27). ¡Dios quiere que usted tenga paz! No la paz política, social, física, doméstica o financiera. Es una paz interna que da Dios, no como la da el mundo. Es una paz como un río, una paz que sobrepasa al entendimiento.

Paz, Perfecta Paz
En el mundo tendrá tribulaciones, pero tenga buen ánimo, porque Jesús venció al mundo por usted. Cristo dijo que no importa lo que ocurra en el mundo, usted puede tener paz. “ Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz” (Juan 16:33). Jesús es el mejor ejemplo de paz; no permitió que las circunstancias externas destruyeran su paz interna con el Padre. Es el epítome de la paz -su propia esencia. Su paz no dependía de ausencia física de hambre o tortura; más bien fluía de un profundo pozo interior. No dependía de su condición financiera o aceptación social. Su propio pueblo lo abandonó, pero Él mantenía la paz. Tampoco se apoyaba en la dicha doméstica ya que su propia familia lo malinterpretó.

La paz de Jesús era tal que resistió todas las pruebas a las que fue sometido por el mundo y el diablo. Todas las legiones del infierno lo asaltaron para quitarle la paz, pero no pudieron tocarla porque descansaba en Dios. Deseo que tenga usted esa clase de paz, la paz que el diablo no pueda robar. Si desea, puede tenerla a través de una relación de confianza con Dios, de la comunión en la oración, compañerismo con su pueblo y al edificar en Su Palabra.

Ya conoce la fuente de la paz verdadera en esta vida, pero una paz más perfecta de seguro vendrá. Algún día, no habrá más que completa paz en todos lados. Isaías 11:6 promete “Morará el lobo con el cordero y el leopardo con el cabrito se acostará. El becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos y un niño los pastoreará.” Esto significa paz en la creación, paz en nuestras relaciones, paz en todo el mundo. La promesa simplemente espera que los pacificadores la reclamen.

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